miércoles, 10 de junio de 2009

Apadrinamiento lector II: nuestros cuentos artesanos



Para la segunda sesión no tuvimos que preparar lecturas, sino escritura: había que escribir y editar artesanalmente un cuento para llevárselo al ahijado o ahijada. Los pequeños también iban a preparar un poema que copiado leerían a sus madrinas y padrinos.
Y claro, surge la desesperación de no saber dibujar, de creerse sin imaginación ni creatividad. Algunos necesitaron, sin embargo, pocas indicaciones para comenzar el guión en el que sólo tenían que dividir la historia en un mínimo de diez cartelas correspondientes a diez viñetas (o más). Después de la revisión del texto, comenzaban la ilustración: los hubo a ordenador, los hubo a lápiz, y muchos con acuarela.



Para finalizar sólo había que tener unas nociones elementales de las partes de un libro y las características de un cuento infantil: simplicidad y elegancia, tamaño apropiado, su cubierta, su contracubierta, las guardas, la tripa...

¿Que a algunos le ayudaron sus familiares? Bah, poca cosa hicieron: sé de casos en que ayudaron hasta los vecinos. ¿Quién han dicho que esto es cosa de uno? Aquí ponemos a todos a trabajar. Nuestros alumnos y alumnas saben poner a remar a todos los que los rodean, demasiado trabajo para una sola persona, hay que saber dirigir equipos.

Y allá que fueron estos aprendices de escritores, ilustradores, editores, lectores...a llevarles los cuentos a sus ahijados y ahijadas. La sesión fue como la vez anterior: terminaba un cuento y pedían otro, y así anduvieron intercambiando de aca para allá. Los peques también leyeron sus poemas y regalaron su hoja con todo el cariño. Pero los mayores se vinieron con sus trabajosos cuentos, ¡lástima no haber hecho más de uno! Algunos, no obstante, prometieron volver con ellos para regalárselos definitivamente por la insistencia, y así fue.

Siguieron la lectura como si se tratara de cuentos profesionales aunque no evitaron las críticas en su caso: eso no parece una manzana, parece una pelota, le falta el cabo, decía un niño. Trae otro que este no me gusta, decía otro. Y también los había que seguían no sólo con atención sino con deleite tocando las texturas de una cubierta hecha con telas y algodones.
Y así se pasaba la hora y tuve que llamarlos para sacarlos de este mundo de los libros en el que estaban metiéndose sin darse cuenta con gran peligro de su futuro.

CONTINUARÁ

3 comentarios:

  1. FELICIDADES.
    Nosotros este curso, a pesar que me lo propuse durante el verano, no lo hemos llevado a cabo con nuestro instituto.
    ¿Sera el próximo curso el afortunado?

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  2. Bueno, siempre tienes la opción de 6º. Algunos colegios lo hacen ellos mismos, entre los mayores y los menores.

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  3. Si, es cierto.

    Quinto y sexto apadrinan a los niños de P/3 y P/4. Los llevan a los autocares, los acompañan en las fiestas de la escuela... También podrían apadrinar un día de lectura y/o de escritura. Todo depende del tiempo que les dejemos para cumplir con sus obligaciones y disfrutar de sus derechos.
    Veremos que pasa cuando se perfile el nuevo curso.

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